¿Por qué nos reímos cuando nos hacen cosquillas?

Las cosquillas se producen cuando alguien toca una parte de nuestro cuerpo, normalmente las partes más sensibles, como el abdomen, las axilas o los pies. 

La risa proviene del estimulo de los puntos más sensibles de dichas partes de nuestro organismo, es decir de las terminaciones nerviosas de la piel, las cuales envían señales eléctricas al cerebro, y es que, en realidad las cosquillas no están en las partes estimuladas sino en el cerebro, ya que estudios realizados han determinado que la risa es causada por el hipotálamo, una parte de nuestro cerebro que también es la encargada de activar nuestro mecanismo de defensa ante el dolor o la agresión. 

Debajo de las partes más sensibles como el abdomen o las axilas se encuentran órganos importantes de nuestro cuerpo y es por eso que cuando de forma repentina o prevista alguien nos hace cosquillas en alguna de esas partes, el cerebro de forma natural activa el mecanismo de defensa, el cual se manifiesta a través de la risa como una forma de sumisión a quien nos ataca con cosquillas, para de esa manera disipar las situaciones tensas y evitar que nos provoquen daño. 

Pero, muchos se preguntarán: ¿Por qué no me puedo hacer cosquillas a mi mismo? 

Y bueno la respuesta es simple, esto es debido a que cuando intentamos hacernos cosquillas a nosotros mismos, nuestro cerebro ya sabe que somos nosotros mismos intentando hacernos cosquillas por lo que no hay ningún riesgo de agresión y no se emiten señales eléctricas que produzcan que el mecanismo de defensa se active y por lo tanto tampoco la risa. 

Las cosquillas también constituyen un mecanismo de cohesión social entre compañeros, amigos o familiares. Lo cual favorece al fortalecimiento de las relaciones entre los miembros de una familia o amigos. Un ejemplo muy claro es la conexión que se crea cuando un padre juega con su bebé al hacerle cosquillas y el bebé responde con risa, mostrando así la confianza que se ha generado entre los dos. Esto también demuestra que la risa como respuesta a las cosquillas se da desde los primeros meses de vida de los seres humanos.

Publicado por: Erick Barrios